martes, 9 de diciembre de 2008

viernes, 5 de diciembre de 2008

Construir con las diferencias

Todo cierre de año implica un balance, una evaluación, una instancia en la que deberíamos poder mirar el punto de partida, el camino recorrido, y este punto de llegada huidizo que hoy queremos ver, pero que siempre está un poco más allá, inalcanzable, como todo horizonte al que aspiramos arribar.
Hemos llegado al fin del año escolar.
Chicos, docentes, familias de la escuela 9, quiero compartir con todos uds. algunas reflexiones con la intención de seguir construyendo este sueño al que aspiramos y que podríamos sintetizar en la expresión “ser una mejor escuela cada día, todos los días”. Ser efectivamente, como expresa nuestro blog “una escuela que te ayuda a pensar”
Y nuestro balance es positivo. Con mejores y peores momentos, pero ampliamente positivo.
Comencemos hablando de los chicos, de nuestros alumnos, diciendo que es sumamente auspicioso que les guste venir a esta escuela. A esta escuela en la que están más tiempo de vigilia que en sus propios hogares. Aquí han construido su lugar de pertenencia, siendo protagonistas, junto a sus maestros y profesores, de proyectos de enseñanza y aprendizaje, de historias de vida, de horas de lectura, de paseos y salidas, en fin de un sinnúmero de experiencias que les permitieron ir formándose como buenos estudiantes, como mejores personas.
Es eso lo que queremos los maestros, para eso trabajamos junto a las familias, para brindarles la mejor educación.
Ya que no pudieron elegirnos, chicos, valga ésta, nuestra mejor intención. Por supuesto que con aciertos y con errores. Como en toda tarea educativa, permitámonos aprender del error.
A los que egresan, les digo que todo lo que hicieron durante estos años con sus pares y docentes constituye un distintivo que van a llevar toda la vida y dónde quiera que estén en el futuro, espero puedan lucir con alegría diciendo simplemente y con orgullo, yo fui a la escuela 9.
Ocurre que ese futuro promisorio que todos necesitamos, que todos queremos y merecemos, depende muchísimo de nosotros. De lo que somos capaces de hacer, cada vez menos en forma individual y cada vez más a partir del trabajo con los otros. Con ese otro con el que a veces congeniamos de inmediato, pero otras veces es tan distinto que nos cuestiona, porque piensa de otra manera, porque para comprenderlo tenemos que hacer un esfuerzo, y en ese intento nos enriquecemos, nos conocemos y conocemos el mundo, nos hacemos más solidarios.
Podríamos decir sin temor a equivocarnos que en eso consiste la educación. Hoy, más que nunca, se trata de construir con el otro una sociedad que nos contenga a todos.
Sucede que para ser, para crecer, para vivir, para amar, para soñar, en fin, para existir como seres humanos necesitamos de los otros que nos reconozcan como tales, que nos acompañen, y nos alienten a seguir cuando las cosas se ponen difíciles y no nos salen.
A los docentes les digo gracias, por este tiempo de esfuerzos compartidos, por esta apuesta a la enseñanza tantas veces poco comprendida y otras tantas, no reconocida.
A las familias también les digo gracias por su apoyo, por sus ideas, por sus acuerdos y desacuerdos, porque hoy, luego de un año escolar, podemos afirmar que somos capaces de disentir y acordar en función de mejorar la educación de nuestros niños.
Ellos lo merecen. Ellos necesitan vivenciar que es posible pensar distinto y no obstante ello, ser capaces de construir juntos.
Muchas gracias.

Marcelo Garnica
Director Escuela 9 D.E.16